REAL CLUB NÁUTICO DE TENERIFE

100 años de actividades deportivas,
culturales y recreativas

de D. Juan Arencibia de Torres

Fundación y primeros acontecimientos


El 26 de diciembre de 1902, un grupo de vecinos notables de Santa Cruz, formado por personas que presentaban a los más diversos estamentos de la isla, se reunió en el Casino Principal, presididos por Tomás de Castro y Vázquez. El objeto era la constitución de la sociedad CLUB TINERFEÑO, conforme al reglamento presentado en el Gobierno Civil el día 18 del mismo mes. Eligieron la primera junta directiva, que pasó a presidir el santanderino Ángel de Villa y López, teniente de Artillería, buen deportista y hombre de grandes iniciativas. El número de socios fundadores fue de 28, aunque a la citada reunión sólo acudieron 21.

La gestación de la sociedad había comenzado a finales de 1899, con la ayuda de la Comandancia de Marina y Prácticos del puerto de la capital tinerfeña. Nacía con la finalidad de «estimular y fomentar toda clase de ejercicios físicos, y en especial los marítimos». Con el transcurrir de los años, la oferta deportiva se extendió a la enseñanza y práctica de la esgrima, la natación, los deportes náuticos, el tenis, el baloncesto y el frontón. Como era norma en todas las sociedades de aquellos años, el reglamento del Club Tinerfeño señalaba, en 1925, que su finalidad era«proporcionar a los socios un domicilio que les sirviera de centro de reunión, donde pudieran encontrar las distracciones y recreos no vedados por las leyes, y los libros y periódicos necesarios para su cultura”.

La primera directiva tuvo como objetivo inmediato la construcción de la sede social, para lo que contó con la cesión de un terreno, que tenía adjudicado Antonio Gómez Cruells, situado junto al castillo de San Pedro y al extremo norte del antiguo muelle de ribera. Los fondos para acometer la obra se obtuvieron de aportaciones de socios y de los beneficios que arrojaron varios bailes de trajes celebrados en el Teatro Guimerá, concursos de bandas de música en la Plaza de Toros, campeonatos de Lucha Canaria, cosos de flores y otros festejos. El 12 de septiembre de 1903, la junta general aprobó los planos para la construcción del edificio, encargados al arquitecto Mariano Estanga y Arias Girón, que no cobró ni un céntimo por su trabajo. Era de planta rectangular, de madera, hierro y zinc.

Desde el principio los socios hicieron uso de la pequeña playa en la que se asentaba parte del solar y en la que instalaron 10 casetas de baño y varaban los botes para regatas.

En 1904, para acelerar la terminación de la sede social, se recabó un empréstito de 20.000 pesetas, divididas en 400 obligaciones de 50 pesetas amortizables en cuatro años.

Inauguración de la primera sede social


El 16 de enero de 1905, a las tres de la tarde, tuvo lugar la inauguración del edificio social con regatas de balandros, botes y traiñas. Tres días después hubo un baile de etiqueta en sus salones, que tuvo repercusión en todo el archipiélago. En las regatas intervinieron embarcaciones del Club, de buques de guerra y del Nuevo Club de Santa Cruz de la Palma.

El edificio, construido sobre una parcela de 500 metros cuadrados, tuvo en su centro un amplio salón de fiestas de estilo modernista, con tapices pintados por Francisco Bonnín.



También intervinieron en la decoración de otras salas reputados artistas como Guezala, Crosa y López Ruiz. A su alrededor se distribuían otras dependencias, tales como una biblioteca, que 1905 tenía 200 volúmenes, un cuarto de tertulias, oficinas, baños, vestíbulo y cocina. Poseía una terraza con vistas a la bahía y donde se celebraban animadas reuniones además de servir para presenciar las regatas.

En 1905, el club contaba con más de 200 socios, entre los que se distribuyó la primera edición del reglamento de la entidad. En 1913 entró a formar parte de la Federación Española de Clubes de España, con el nombre de Real Club Tinerfeño.

En 1905 se aprobó el definitivo reglamento de la sociedad y el de embarcaciones. Se dictaron normas para el alquiler por los socios de las taquillas donde pudieran guardar sus útiles náuticos. Deberían abonar una peseta mensual.

Ese año hubo socios que hicieron donaciones para el nuevo edificio social: Anselmo J. Benítez, una escribanía; Alfonso Dehesa Monee, un bote; y Patricio Estévanez, Carlos P. Robledo y el barón de Saint Georges, numerosos libros para la biblioteca.

Visita de S. M. el Rey Don Alfonso XIII


Conocida la visita a Tenerife de S. M. Don Alfonso XIII, en marzo de 1906, el Club Tinerfeño tomó la iniciativa de reunir a las directivas de todas las sociedades recreativas capitalinas para elaborar un programa conjunto de actos en honor del joven Monarca.

Al Club correspondió levantar un arco de triunfo en medio de la bahía, guarnecido de flores, transportar al Rey a tierra en una embarcación de Obras Públicas, tripulada por los socios del club señores Fabre y Martí, y organizar en sus instalaciones una fiesta marítima y un baile de etiqueta, al que asistirían el Rey y el Infante don Fernando de Baviera.

Los actos organizados por la sociedad fueron brillantes y el monarca, que visitó sus instalaciones el 27 de marzo y presenció unas regatas, aceptó el nombramiento de Presidente de Honor de la entidad y el Infante el de socio honorario. Al día siguiente, don Alfonso concedió el honor al Club de que una canoa de la sociedad le trasladase a tierra desde el buque Alfonso XII en que se alojaba. La canoa llevó como timonel al presidente de la sociedad y oficial de Artillería, Ángel de Villa y López.


Posteriormente, el Monarca escribió una carta al presidente, agradeciendo las atenciones de las que había sido objeto. A partir de aquel nombramiento, el presidente, en nombre de la sociedad, felicitaba anualmente al Rey en su onomástica.

El 23 de abril de 1906, S. M. el Rey don Alfonso XII accedió a la solicitud de la directiva y se dignó conceder el título de REAL al Club Tinerfeño, que pasó a ostentarlo en todos sus atributos e insignias. Desde entonces usó la Corona en sus banderas y estandartes.

Instalaciones y actividades que se practican

Pocos años después de constituido el Club Tinerfeño, sus dirigentes sintieron la necesidad de edificar una nueva sede social en otros terrenos más acordes con los fines que se habían trazado. Después de vencer no pocos obstáculos, consiguieron la cesión de 10.000 metros cuadrados en las inmediaciones del castillo de Paso Alto y la desembocadura del barranco de Tahodio. El proyecto elegido fue el del arquitecto gran canario Miguel Martín Fernández, el mismo que había proyectado el Casino de Tenerife.

La nueva edificación comenzó a elevarse en 1937, en plena Guerra Civil española, y tuvo muchas dificultades económicas, salvadas gracias al apoyo de algunas entidades oficiales, como la Junta de Turismo y la Capitanía General de Canarias.

En octubre de 1940 las obras estaban muy adelantadas, de forma que la sociedad decidió contratar un instructor de natación y la piscina comenzó a utilizarse, lo mismo que las canchas de tenis.

Inauguración de la actual sede social



Inauguración de la actual sede social En el transcurso de las Fiestas de Mayo de 1941 tuvo lugar la inauguración parcial de la actual sede del Real Club Náutico de Tenerife. En aquel momento sólo se disponía de baños, piscina, vestidores para señoras y caballeros, terraza, servicios de bar y restaurante, comedor y vestíbulo de entrada, guardarropas, oficinas y una sala de juntas.

La reanudación de la obra, que incluía el «Salón de fiestas» fue posible gracias a la aportación de 50 socios que adelantaron sus cuotas correspondientes a seis años. Después, debido a la crisis económica existente, fue necesaria una importante aportación económica de la Junta de Turismo y de la Capitanía General de Canarias.

El 26 de diciembre de 1941, el presidente de la sociedad don Pedro Doblado Sáiz, se dirigió a los socios propietarios en estos términos: Lo que fue tachado de sueño, ha sido una realidad. En el presente año de 1941, se ha inaugurado el nuevo Real Club Náutico de Tenerife hecho que se dice pronto y en pocas líneas; pero para poder llegar a decirlo, esperamos que no se ocultará a los señores socios que componen la Junta General, el sin fin de sinsabores, sacrificios, cálculos y empeño que ello ha costado. No todo es mérito de la directiva, sino que una parte muy principal se ha hecho con la colaboración y el calor dado por la mayoría de los socios, autoridades y organismos oficiales.

Los estatutos de 1988, recogen en su artículo 20 el principal objeto de la sociedad y al que ha sido siempre fiel: «Fomento de los deportes náuticos y el de aquellos otros deportes o actividades para los que existan instalaciones convenientes, así como proporcionar a sus socios un domicilio que les sirva de centro de reunión y recreo».

En la actualidad el RCNT cuenta con más de 4.500 socios, lo que supone más de 12.000 usuarios potenciales. Para mantener con la dignidad requerida sus instalaciones y atender al trabajo administrativo, dispone de 49 empleados fijos y varios eventuales. Otras treinta personas realizan tareas de hostelería, limpieza y seguridad. Estas son las instalaciones principales de que esta dotada la entidad, cuya actividad no cesa en todo el año, aunque, lógicamente, es más intensa en época de vacaciones:<

Edificio social

Dotado de vestíbulo, salón de fiestas, cafetería, comedor, cocina, baños, terrazas, salones de juego, biblioteca, salas de estudio, planta de oficinas, salas de televisión y sala de juntas. En la planta baja se encuentran los vestidores de señoras y caballeros, con sus correspondientes servicios de duchas y sauna.

Aparcamientos

A cielo abierto y otros subterráneos.

Piscinas

Una de 33, 33 metros climatizada, otra acondicionada para niños y una olímpica de 50 metros, también climatizada

Botiquín

Y vestuario

Terrazas

Para niños y parque infantil

Servicio

De bar y autoservicio, en la temporada de verano.

Gimnasio

De 100 metros cuadrados, con toda clase de aparatos.

Cuatro pistas de tenis

Con sus correspondientes servicios y oficinas.

Dos canchas

De frontón

Pabellón Polideportivo cubierto

Servicios y pistas de squash.

Dársena deportiva

Rampas y explanada de vela ligera, un patio de carena, jaulas para la motonáutica y las grúas correspondientes para dar los servicios de varadas y puesta en el mar. Pueden atracar 75 embarcaciones y varar otras tantas. La zona de la dársena cuenta con oficinas para la Sección de Náutica, y servicios de vestuarios y duchas. Existen tres escaleras de acceso al mar para los bañistas, muy utilizadas por los socios.

Actividades deportivas



En las amplias y bien cuidadas instalaciones de la sociedad se practican distintos juegos y deportes. Entre los habituales se encuentran:

  • Náutica y pesca
  • Natación y waterpolo.
  • Baloncesto y fútbol Sala
  • Tenis, frontenis, frontón, tenis de mesa y squash.
  • Gimnasia, yoga, baile, aeróbic, pintura, y otras artes.



Las páginas que siguen constituyen sólo un resumen de las actividades de las secciones deportivas reglamentarias de la sociedad. Suficiente para captar la contribución del Real Club Náutico de Tenerife al deporte insular, regional y nacional en los cien primeros años de su existencia.

Náutica, tenis, natación y baloncesto

El RCNT ha sido clave en Tenerife para el desarrollo de deportes como Náutica, Tenis, Natación y Baloncesto. Cuando la capital tinerfeña sólo contaba con la piscina del Balneario, construida a mediados de la década de 1930, el Club irrumpió en el mundo de la natación con su piscina 33,33 metros, en 1940, y cambió radicalmente el rumbo de este deporte en Tenerife. Hasta que, en 1964, siendo alcalde Joaquín Amigó de Lara, se inauguró la piscina municipal de Santa Cruz, eran las instalaciones del Náutico las únicas aptas en la isla para formar nadadores y celebrar competiciones tanto locales, como regionales, nacionales e internacionales. La sociedad abrió sus puertas a deportistas no socios que carecían de instalaciones para sus entrenamientos y las ofreció a otros clubes para que pudieran realizar sus pruebas sociales cuando fue necesario.

En lo que al deporte de la Náutica se refiere, es evidente que la primacía de su práctica en la provincia corresponde al Real Club Náutico de Tenerife, sociedad que ha adquirido una capacidad organizativa que va más allá de las fronteras regionales y nacionales. Sus instalaciones son el fruto de grandes esfuerzos por parte de los miembros de la entidad, que han sacrificado otros aspectos de la vida social para que el deporte, primera razón de su existencia, se acomodara a los tiempos actuales. Los frutos han sido abundantes y son varias las figuras nacionales y mundiales pertenecientes a la familia de regatistas del RCNT.

De la misma forma, hasta que, en 1925, el Club construyó dos pistas en un solar de la calle Méndez Núñez, la práctica del Tenis en Tenerife era sólo posible para algunos privilegiados. Desde entonces, hasta bien entrada la década de 1960, fue en las canchas del Náutico donde empezó a florecer este deporte en la capital tinerfeña.

El Baloncesto no tuvo proyección nacional para Canarias hasta que el equipo del Náutico saltó a la División de Honor y paseó el nombre de Tenerife y Canarias por todo el territorio nacional. Por el pabellón cubierto de esta sociedad, primero de tales características que existió en Tenerife, desfilaron los mejores conjuntos españoles.